A veces hay cosas que se nos escapan sin darnos cuenta. Por eso vale la pena estar atento, preguntarse y sorprendrese, y no resignarse a pensar que pase lo que pase "es de ellos".

viernes, 3 de julio de 2009

Wire to the ear -cable al oído-.


Escuchando por la calle (con mi mp3) una canción de un artistazo llamado The Horrorist (un dj y productor capaz de meter en un mismo CD electro, electropop, techno y terrorcore) llamada “Wire to the ear”, me di cuenta de que en muy poco tiempo unos aparatejos nos han cambiado el paisaje y en cierta manera la vida. Del walkman al discman y de ahí al mp3 (¿¿porqué empezaron con el mp3?? ¿¿Y el mp2?? ¿Serán aquellos de pantallita monocromática, que iban a pilas y que llevaban el usb integrado?), hemos ido convirtiendo nuestros bolsillos en los contenedores de bandas sonoras para el día a día. Y pensar que mi abuela lleva 30 años con cara de desconfianza (sí, los sordos desconfían de todo, son como esos amigos que siempre preguntan “¿habláis de mi??) porque tiene que llevar un auricular para su sordera…Y yo en cambio lo llevo porque quiero y posiblemente gracias a ello, también seré sordo. Cosas del destino. Pero hace unos días me dejé el mp3 (por muchos vídeos que pueda reproducir, sigue siendo un mp3) y tuve que andar un ratito… ¡El mundo es diferente! Oyes el sonido ambiente, los coches que vienen, los niños de un cole, los pajaritos cantando (bueno en Barcelona eso no se oye…si a caso un “Serveza-Beer”). Se oye vida. Se calma el ritmo de la caminata (lo he comprobado, camino al ritmo de la música), se va más tranquilo, se está más atento a los estímulos exteriores… Un cambio radical. Pero no pienso dejar de utilizar mi mp3. Porque también es increíble crear bandas sonoras que cambian escenarios, imaginar tu videoclip a cada paso que das, observar el mundo desde una óptica distinta gracias a la música que escuchas (es muy divertido pasar por una plaza repleta de gente mayor y oír algo de electrónica…una sesión de Dave Clarke por ejemplo. Risas aseguradas.). Así que 30 años tras el nacimiento del Walkman (¡Innovación pura y dura!), y tras los discmans, minidiscs (sí, sí, nadie los recuerda pero existieron) y los transistores para oír el Carrusel Deportivo, los mp3 (o 4 o 5 o los que vengan) han tomado su sitio en nuestro bolsillo…y nuestras orejas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Just a test!

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