A veces hay cosas que se nos escapan sin darnos cuenta. Por eso vale la pena estar atento, preguntarse y sorprendrese, y no resignarse a pensar que pase lo que pase "es de ellos".

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Felizdosmildiez












Este post es, simple y llanamente, para desearos un muy feliz 2010.

Espero que el nuevo año (y la nueva década) sea, como mínimo, tan buena como los 10 años que dejamos atrás.

He decidido dejaros un regalito de cosecha propia, para que no podáis decir que soy un rácano...

http://felizdosmildiez.webcindario.com

Disfrutadlo (o no).

Felizdosmildiez

Driss

jueves, 12 de noviembre de 2009

Una dosis de ego


Este post es una simple dosis de ego. Cuando uno se dedica a escribir (o eso dicen), suele realizar trabajos muy mecánicos en los que la visión poética de lo que es la escritura (abrir tu corazón, dejar fluir tu imaginación, trazar historias que alcancen al subconsciente de las personas) queda a un lado y lo que importa es el enfoque comercial de los textos.
Pero de vez en cuando, aparecen oportunidades de disfrutar con la escritura, de teclear sin miedo. Ocasiones en las que te cortas porque no estás acostumbrado a tratar sobre las emociones sin vender alguna moto. Y hace poco me llegó una de esas oportunidades. Un colectivo quería un texto sobre las emociones para realizar un showreel tipográfico. Gratis, obviamente. Y aún más obviamente, me presté. Porque me apetecía y porque podía ser divertido. La única petición era que el texto acabase con la siguiente frase:

“No hay nada sin emoción”


A partir de ahí, era libre para crear. Presenté dos textos, y al parecer no gustaron mucho. Yo tengo mi opinión sobre mis textos pero no la compartiré (lo que si diré es que soy muy exigente y más crítico que Jiménez Losantos con Rajoy). Simplemente no quería que estos dos textitos quedasen para siempre en el “cajón desastre” (es decir, en una carpetita escondida del ordenador). Disfrutadlos. O no.

NO HAY NADA SIN EMOCIÓN. v1

Un latido suena cada vez más fuerte. Uno tras otro. ¿A qué se debe? Quién sabe. Un latido suena por mil razones.
Un beso. Un abrazo. Un gol o una parada. Subidas y bajadas. Subidones y bajones. Por una mirada o unos ojos. Zapatos o pasos. Relojes o momentos. Por mucha gente o por una persona. Por una canción en grupo o por un concierto en solitario.
Más latidos. Más fuertes.
Por algo bueno o por nada malo. Por un paso atrás o por un retroceso para avanzar. Por entrar o salir. Por un silencio o por una palabra.
Te golpea desde el interior. Resuena en tu pecho.
Por el sexo o por su sexo. Por nacer o por morir. Por él, por ella, por ellos, por todos. Por nadie. Por nada. Por todo.
No hay latido sin razón. No hay nada sin emoción.


NO HAY NADA SIN EMOCIÓN. v2


¿Alguna vez has pensado en la velocidad de la sangre que corre por tus venas?
Yo sí. Cada vez que la veo sé que va a la velocidad de la luz. O incluso más. Siento que cada gota de sangre de mi cuerpo, empezando por la última alojada en la punta de un dedo del pie, pasa por mi corazón, que la bombea hacia el lugar menos indicado. Un destino incierto. En vez de a mi cerebro, para nutrirlo de ideas que la sorprendan o de palabras que la enamoren, esa sangre aparece en cada pequeño poro de mi cara. Me sonroja haciendo evidentes mis sentimientos y pensamientos más escondidos. Y ella lo sabe. Y me encanta que lo sepa. Sigue el bombeo, sigue fluyendo, sigue el rojo. Y los dos sonreímos. Y la sangre corre, corre y corre… ¿Alguna vez has pensado porqué? Porque no hay nada sin emoción.

¿Y bien? Si os habéis tragado esta dosis de ego os doy las gracias y os hago un regalo.

Quiero mostraros lo que para mi es una obra de arte publicitario y una fuente de inspiración para acciones de este tipo. Y me avanzo y os digo: De nada. Se que os gustará.

La petite mort para Late Chocolate (Pornographics&seisgrados)

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Si es tregua no se vale atacar...


Salta, salta salta…PUM!

Almohadazo!

Esquiva, esquiva, esquiva… PUM! Otro almohadazo!

Buf...Llevamos un rato así y me empiezo a cansar…pero no me voy a rendir! PUM! Otro almohadazo!!! Empieza Goku?? No aún no… Pues toma almohadazo!!!

Necesito otra arma..ya se! Amago el golpe, parece que le doy un almohadazo... pero no!

El cojín vuelve hacia mí como un boomerang y aprovecho el despiste para darle un toque con dos dedos en las costillas! Jajajaja Se retuerce de dolor! Que sensación más genial!!!

Nos hemos ganado una tregua…

¿No os gusta de vez en cuando pelearos con alguien como cuando teníais 10 años?

viernes, 28 de agosto de 2009

[F]Estivales (o sea, festivales de verano)



Verbenas y fiestas de pueblo. Bonito recuerdo. Correr por una plaza repleta de gente bailando canciones de El consorcio (¡dios mío!), subirse al Saltamontes y sobrevivir, cascarse un trago de ron cremat con 10 añitos y pasarse una noche con cagarrinas (en ese momento dices una frase que te perseguirá buena parte de tu vida: “No pienso beber nunca más”) o ver a tus padres, tíos, abuelos y vecinos haciendo el ridículo. Todo eso y mucho más eran las verbenas. Las manifestaciones públicas de júbilo que el pueblo expresaba en verano (las fiestas de invierno no molan tanto…aunque las famosas “barraques de Girona” son un experimento sociológico a parte) han mutado en algo nuevo aunque no muy diferente en su base. Bienvenidos a la era de… ¡las RAVErbenas!
Modernos y modernas, quinquis, nacionalistas, perroflautas (¿tienen algún otro mote menos ofensivo?), pijos y pijas, niños y niñas, abuelos y abuelas, monos, culebras y guepardos. Todos tienen (tenemos) un festival veraniego hecho a medida.
Desde la irrupción del mítico Doctor Music Festival (RIP), el FIB y el Sónar (los padres del panorama actual) los festivales fueron creciendo hasta su punto álgido entre el año pasado y el anterior (este 2009 hemos vivido la gran criba debido a esa palabra de 6 letras que todos tememos tanto: CRISIS saturación, aunque sean más de 6 letras). Pero en estas raverbenas (fusión de verbena con rave, por si alguno no se ha dado cuenta de lo ingenioso de esta palabreja) poco o nada ha cambiado respecto a las fiestecillas de pueblo de nuestra infancia. Los elementos básicos son:
- Una banda/orquestra (llámese Gran Orquestra Maravilla, Franz Ferdinand, Miguel Bosé o Richie Hawtin) que anime el cotarro y que ponga temas para bailar.
- Drogas varias: vino, kalimotxo, éxtasis o la propia emoción del evento.
- Mujeres/hombres atractivos para cada tipo de target, léase: María la del estanco, Richie o Vane -los del Facebook-, la rubia guiri que está tremenda o Kisko, el punk que vive con sus perros.
- Calor. Temperaturas altas, humedad, noches cortas y días largos. Lo que viene siendo el verano vaya.
Hay teorías sobre narratividad que sostienen que los cuentos tie nen una serie de estructuras que se mantienen desde el principio de los tiempos (personajes protagonistas,problemas durante el camino hacia el bien, buenos que se convierten en malos, una lucha final con el enemigo…). Con las verbenas y los festivales, parece que sucede lo mismo. Cambia la sociedad a pasos agigantados. Se crean nuevas tribus, nuevos estilos musicales, nuevas motivaciones. Pero esa necesidad veraniega de emborracharse, divertirse, desinhibirse, ligar y sentirse de nuevo un ser primario vuelve año tras año.

martes, 18 de agosto de 2009

Coca-Cola patrocina: Tu felicidad



Acaba de aparecer el “Informe Coca-Cola de la felicidad”. Por supuesto se trata de una noticia de verano (en invierno parece que pasan más cosas, los sucesos también se merecen unas vacaciones…o como mínimo los que nos informan de esos sucesos), una reseña que las marcas y los redactores de verano se afanan en colocar en la agenda setting de los medios.
Según este informe (una muesca más en la lista de acciones de branding de la compañía americana) los catalanes y catalanas de entre 26 y 35 años, con pareja, que viven en familia, ganan más de 20.000€ y con una bonita infancia, son las personas que viven más felizmente en nuestro país. Los madrileños de más de 35, sin pareja, que ganan menos de 20.000€, con una infancia complicada y que encima beben Pepsi, escuchan la COPE y son del Atlético de Madrid se declararían como “poco felices”, es decir, un sinónimo de “totalmenteputeadoporlavida”.
Supongo que lo más importante para ser feliz, además de todos estos elementos, debe ser beber Coca-Cola ¿no? Este informe cuenta con la supervisión del genial Punset (un experto en felicidad) y lo realiza el Instituto Coca-Cola de la felicidad. Una marca de bebida gaseosa, no recomendada para algunos sectores de la población y que sirve para saciar una necesidad básica como la sed, se ha adueñado poquito a poco de algo que pertenece a cada uno sin ningún tipo de pudor. Coca-Cola patrocina nuestra felicidad, así como Axe lo hace con nuestro sex-appeal o Volvo con nuestra seguridad. Los valores de las marcas y su afán por potenciarlos, provocan acciones curiosas como este estudio que para mí tiene un momento de lucidez genial: “Los más felices dicen tener de su pareja sentimental admiración, apoyo, comunicación, compromiso, respeto, pasión y sexo regular, siendo también importante el sentido del humor.” ¿Sólo? ¿Quién recibe todo eso? Y lo que es peor: ¿Sexo regular? Es decir... ¿sexo normalito? ¿O sexo regularmente? Sea como sea, dejemos que las marcas patrocinen todo lo bueno que hay en la vida, eso significará que nuestros deseos se crearán en los departamentos de marketing y se podrán saciar comprando en el súper.

Una curiosidad: al escribir Coca-Cola, el corrector de Word (Microsoft, otra grande) me lo ha marcado como incorrecto. Mi primer intento ha sido “cocacola”, pero no, Word me ha puesto una línea de zigzag bajo la palabra. Me ha avisado: no vas bien, chaval. ¿Opciones? Coca-Cola (la marca registrada) o coca cola. Como no podía ser de otra manera, me ha picado la curiosidad… ¿Y si escribo “pepsi”? ¡Pues no! A Word pepsi le da igual, me da opciones como: peso, pesa, pese, papis o pipis (la verdad es que una Pepsi light sí que es un poco “meao de gato” pero de ahí a incluir pipis como sinónimo…). Y lo mismo sucede con fanta, bic, kleenex, photoshop, chupachups (que da como graciosa opción “chupachupa”) o seat. ¿Cuáles acepta y/o corrige? Algunos ejemplos son: Renault, Apple, Gillette, Movistar, Vodafone, Nokia o Sony. Y Microsoft, por supuesto. Al igual que Word, Excel, Windows, Outlook o Hotmail. ¿A qué se debe? ¿Es una especie de product placement? ¿A caso está menos aceptado kleenex que Apple? Eso, nunca lo sabremos amigos. Lo único que sabemos es que las marcas lo dominan todo. Tienen un poder (que se han ganado con años de trabajo bien hecho) y un valor único que ninguna crisis ni marca blanca les hará perder. Sed felices, es decir, saciad vuestra sed con Coca-Cola y seréis felices.

martes, 28 de julio de 2009

Gatito de verano (Summercat)


Hace unos años las bicicletas eran para el verano (cuánto daño hizo Verano Azul), al igual que las canciones, las tapas, los parques acuáticos o las reposiciones de series y películas míticas (mi top 3: Punky Brewster, Loca Academia de Policía, 3 estrelles).

Parémonos en la música. La canción del verano nos invadía cada mes de mayo para quedarse hasta septiembre, casi como las medusas. Esos hits (ahora se les llama poli tonos o tonos reales…cosas del siglo XXI) aparecían en los auténticos motores de creación de éxitos de la industria patria: las radios, los recopilatorios (Bolero Mix, Ibiza Mix, Blanco y Negro Mix, Currupipi Mix y todo lo que se os ocurra con “mix”), los bolos por toda la geografía española, y las (afortunadamente extintas) galas en televisión. Esos hits contaban con un dueño fijo (o unos cuantos) como Georgie Dann o King África y con un estilo muy definido (temas latinos, bailongos y con coreografías propias).

Pero eso ha cambiado amigos. Vivimos en el mundo del vocoder, del sintetizador, del electro-techno-house-dance-eurobeat-indie-latino-progresivo (no os perdáis esta guía útil por los estilos musicales). Es decir, un mundo en el que chicas y chicos con un ordenador y un par de programillas de producción musical (os habréis fijado en que no se exige buena voz…Autotune hace milagros) crea el temazo del verano. Cancionzacas como Infinity de Guru Josh Project (eso sí que es ser un crack, hace una canción hace 20 años, la relanza ahora y vuelve a triunfar…¡es el timo de la estampita musical!), el divertidísimo y desternillante She wolf de Shakira (¿Porqué maúlla como una gata en celo? ¡Ah! ¡Que es un lobo!) o la pesadilla de Carlos Baute, Marta Sánchez y las rebajas, se disputan un lugar que ya tiene dueño. Y por una vez, y sin que sirva de precedente, es una canción que durará un verano y un otoño. Incluso quizá un invierno…y ¿porqué no? Unos cuantos años. Summercat de Billie the Vision and the Dancers. No me curraré una descripción a lo American Psycho (os recomiendo el libro) pero esta canción es buena. No sé si es genial, si los arreglos son increíbles, si la letra es emocionante (en principio es un tema triste…los “summercats” son los gatos que la gente se compra en verano y abandona en cuanto se va el solecito), si el videoclip es un espectáculo audiovisual…no sé nada. Sólo conozco un poco de la historia de Billie (iba para futbolista pero como le tiraban más los hombres que las mujeres no le dejaron progresar…) y que aunque esa musiquilla no sea mi estilo, el estribillo (“tonight, tonight, tonight, tonight, I wanna be with you tonight” y así unas cuantas veces) se pega, es alegre, es divertido, es fresco, es diferente y sobre todo: vende. Vende cervezas. Y un estilo de vida. Somos mediterráneos, y quién mejor que un sueco para convencernos de ello. Por eso me encanta la publicidad. Porque por fin alguien nos dice que hacerse el sueco es muy nuestro (y no es Alfredo Landa).

viernes, 3 de julio de 2009

Wire to the ear -cable al oído-.


Escuchando por la calle (con mi mp3) una canción de un artistazo llamado The Horrorist (un dj y productor capaz de meter en un mismo CD electro, electropop, techno y terrorcore) llamada “Wire to the ear”, me di cuenta de que en muy poco tiempo unos aparatejos nos han cambiado el paisaje y en cierta manera la vida. Del walkman al discman y de ahí al mp3 (¿¿porqué empezaron con el mp3?? ¿¿Y el mp2?? ¿Serán aquellos de pantallita monocromática, que iban a pilas y que llevaban el usb integrado?), hemos ido convirtiendo nuestros bolsillos en los contenedores de bandas sonoras para el día a día. Y pensar que mi abuela lleva 30 años con cara de desconfianza (sí, los sordos desconfían de todo, son como esos amigos que siempre preguntan “¿habláis de mi??) porque tiene que llevar un auricular para su sordera…Y yo en cambio lo llevo porque quiero y posiblemente gracias a ello, también seré sordo. Cosas del destino. Pero hace unos días me dejé el mp3 (por muchos vídeos que pueda reproducir, sigue siendo un mp3) y tuve que andar un ratito… ¡El mundo es diferente! Oyes el sonido ambiente, los coches que vienen, los niños de un cole, los pajaritos cantando (bueno en Barcelona eso no se oye…si a caso un “Serveza-Beer”). Se oye vida. Se calma el ritmo de la caminata (lo he comprobado, camino al ritmo de la música), se va más tranquilo, se está más atento a los estímulos exteriores… Un cambio radical. Pero no pienso dejar de utilizar mi mp3. Porque también es increíble crear bandas sonoras que cambian escenarios, imaginar tu videoclip a cada paso que das, observar el mundo desde una óptica distinta gracias a la música que escuchas (es muy divertido pasar por una plaza repleta de gente mayor y oír algo de electrónica…una sesión de Dave Clarke por ejemplo. Risas aseguradas.). Así que 30 años tras el nacimiento del Walkman (¡Innovación pura y dura!), y tras los discmans, minidiscs (sí, sí, nadie los recuerda pero existieron) y los transistores para oír el Carrusel Deportivo, los mp3 (o 4 o 5 o los que vengan) han tomado su sitio en nuestro bolsillo…y nuestras orejas.